Unas inundaciones súbitas causaron 311 muertos en un día y en una sola provincia en el noreste de Afganistán, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), donde este sábado los servicios de emergencia comenzaban sus labores de auxilio.
«Más de 100 personas murieron en el distrito de Baghalan Jadid» en Baghlan y «100 personas murieron» en el de Burqa, anunció previamente un funcionario de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), una agencia de Naciones Unidas, que contabilizó más de 2 mil casas destruidas.
La OIM añadió que se registraron varios muertos en otros seis distritos de Baghlan, en base a cifras proporcionadas por la autoridad nacional de gestión de catástrofes. Las autoridades provinciales mantenían desde la víspera un balance de 62 muertos, aunque advirtieron de que este podría aumentar
Las autoridades decretaron el estado de emergencia en las extensas regiones donde ríos de lodo arrasaron súbitamente miles de viviendas y hectáreas de cultivo. Las inundaciones de esta primavera excepcionalmente lluviosa afectaron también a otras provincias de Afganistán, uno de los países del mundo más vulnerables al cambio climático, e igualmente uno de los peores preparados para sus consecuencias, según los científicos
El vocero del gobierno talibán, Zabihulá Mujahid, dijo el sábado que hay «decenas de muertos» en diversas provincias del país. La víspera compartió un mensaje de condolencia de parte de las autoridades a las víctimas de las inundaciones, citando en la red social X, además de la provincia de Baghlan, las de Badajshán, en el noreste, y Ghor y Herat en el oeste.
El Ministerio de Defensa indicó el sábado que «las operaciones de distribución de comida, medicamentos y kits de primeros auxilios a las víctimas comenzaron» en el noreste.
«El ejército del aire empezó a evacuar a los habitantes gracias a la mejora del tiempo» y trasladó a más de un centenar de heridos a hospitales, añadió.
Jan Mohammad Din Mohammad, un habitante de Puli Kumri, capital de Baghlan, explicó a la AFP que la casa que había construido él mismo quedó totalmente destruida.
«Me llamaron para decirme que mi casa estaba inundada», declaró este hombre de 45 años. «Para cuando llegué ya no podía hacer nada», lamentó. «Vi a mi familia correr hacia las colinas. Mi casa y toda mi vida han sido arrasadas. Era inimaginable», añadió.
Este habitante dio cuenta de tres muertos, incluidos dos menores de 8 y 16 años, en su barrio.
«No sé adónde llevar a mi familia», compuesta de su mujer, sus seis hijos, su madre y su hermana discapacitada, precisó.
Las autoridades de gestión de catástrofe de la provincia de Tajar, vecina de Baghlan, dieron además un balance de 20 muertos y 14 heridos el viernes.
«Además de las pérdidas humanas, estas inundaciones provocaron gigantescas pérdidas financieras», declaró un responsable de esta provincia.
La enviada estadunidense para Afganistán, Rima Amiri, envió también un mensaje de condolencias a las víctimas. Además pidió a los talibanes «ocuparse de los daños causados por el cambio climático» en Afganistán, devastado ya por cuatro décadas de guerra.
«Mis pensamientos están con las víctimas de las recientes inundaciones en Afganistán que se cobraron numerosas vidas humanas y provocaron importantes daños», escribió en X.
Desde mediados de abril, las inundaciones repentinas han causado un centenar de muertos en diez provincias del país. Igualmente han destruido cientos de viviendas y anegado numerosas tierras agrícolas, en un país donde el 80% de sus más de 40 millones de habitantes dependen de la agricultura para sobrevivir. Afganistán tuvo un invierno muy seco, lo que complica que los suelos absorban ahora el agua de la lluvia.